visita semanal

viernes, 25 de noviembre de 2011

Un sádico delirio labial

Quisera sufrir por tus labios, quisiera sentirlos una vez y luego verme necesitado de una manera esclavista a ellos. Atado a los recuerdos de una suave y divina sensación, sería víctima irremediable de una adicción auto impuesta, pero exacerbada por cada una de las palabras que de entre ellos en jugueteo sensual con tu lengua emanan.
Quisiera ver directamente tus ojos y conocer el vacío total del universo, saberlo todo de ti y tener nada, sentirme desnudo entre tanta ausencia complaciente, que me imposibilitaría conocer donde es arriba o donde abajo, o si estoy acostado o de pie.
Mi deseo se hace peor con la sola idea de dormitar casi clandestinamente entre tus espesuras capilares, plagadas de aromas insospechados que se desprenden tras el roce con mis dedos, como el alzar de vuelo de garzas, tras sentir un movimiento ajeno en su charca. Mis dedos que no inocentes, pero ingenuos se adentran mas y mas, para alcanzar tu cuero cabelludo y descubrir así los inicios de tan tentadoras extenciones de tonos oscuros, se niegan a desprenderse de ti, al comprender que este placer aumenta al dibujar cada forma que adorna tu rosotro.
Todas estas fantasías con la indeflectible necesidad que tu cubierta cutánea me presenta, me colma de intenciones suntuosas, pero bien fundamentadas. Dada tu belleza física, me he llenado de excusas suficientes para admirarte y desearte, pero ¿qué decir de esa mina aparentemente infinita de la que se extraen comentarios inteligentes? ¿Que de esa fuente recurso ilimitado de observaciones tan certeras?
Horas que parecen cortas ante mi asombro de pura conversación bidireccionalmente agradecida y que uno desea que jamás acabe, pero que inevitablemnte acabarán en una despedida.
Son orgasmos expresados en palabras, que chorrean sin disimulo hasta el pecho y lo llenan de sustos, agrados y vacios, producto de esa arritmia cardíaca que resulta necesaria, sanadora y extaciante.
Es la sola imagen de un intercambio de caricias lo que me lleva a la cúspide de tan meticulosa exploración de la relación tu-yo.
Ya quiero eyacular ideas libremente a través de tus oidos, para llenarte de una necesidad recíproca, que nos haga daño en la distancia, que nos retuerza de manera vil e insana y queme cualquier forma de fé ante una vida sin el otro.
Pensarnos será totalmente ambiguo. Dada las imágenes y recuerdos de virtudes, defectos, detalles y situaciones, producirá un alivio similar al que proporciona la loción de calamina en una espalda insolada. Una frescura sanadora que emula a un paseo por praderas en los días de primavera; siempre floreadas, claras y agradables, pero siempre temporales.
Esos mismos recuerdos sanadores serán nuestra perdición. Una desesperanza impía y cruel tras caer en cuenta que son solo recuerdos.
Una vez gestada dentro de ti esa necesidad simbiótica, será cuestión de tiempo para que nazca este tortuoso mas requerido amor; pero todo debe comenzar producto del sufrimiento que me racionen tus labios, pues quisiera sentirlos una vez y luego verme necesitado de una manera esclavista a ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario