Esta noche me escapé de esa prostituta
Aquella que ama a todos, esa que no perdona
La fulana que te acaricia el rostro en las sombras
La que se alimenta de lagrimas y vacíos
La mujersuela del dolor y la nada
Aquella mujer maliciosa y gratuita
Que suplica por cualquiera en su camino
La que ruega por mi presencia.
Aquella que me conoce de años
Que me atendió desde la cuna
Que me dió su frío cobijo en las noches
La Señora de la noche interna
La que reclama al verme con alguien
Mas la ingrata esta con cualquiera
Quién siempre me recibe sin exigencias
Salvo mi ausente y patética pesencia.
La que me prende en perfumes de agonía
Esta que me deja sus cortantes cabellos encima
Que me razguña el alma sin cuidado
A quien no le importo mas impía me clama
Quien me recibe solemne y dispuesta cada vez
Porque sabe que siempre volveré a ella
Porque sabe que siempre volverá a mi
Porque sabe que a donde vaya amará a cualquiera.
Pero no por mucho tiempo me voy de ella
No, la fortuna no parece ser basta
Ella ya me aguarda sentada y satisfecha
Esperando solo a que me des la espalda
Y es que ella solo esta en tu ausencia
Y te acompaña a ti y me acompaña a mi
Y nos ve desde todas partes: omnipresente
Y sabe cuando alguien parte: omnisiente.
Y la muy despiadad parece un dios
Asechando en cada recodo de ausencia
Aguardando una despedida y un adios
Esperando un hasta nunca desgarrado
Vistiendo sus viejos y sucios arapos
Pero siempre parecen recien comprados
Y es que ya uno sabe que viene
Pero no desea uno que ella aparezca.
Curtida en olores de vicios que la acompañan
Envuelta en desahogos vanales e insensatos
Llena de ofertas insatisfactorias
Que borran por momentos su terrible presencia.
Y es que de eso vive la muy maldita
de la agrura de un abandono
Y es que de tu falta se alimenta
Y en mi distancia se revuelca.
Hoy en la Noche escapé de esa ramera
Hoy noche escapé y no se por cuanto tiempo
Y pareczo liberado de ella mientras te tengo
Y parezco triunfante y exonerado
Y hasta por un momento me olvido de su existencia
Mas ya se anuncia tu partida
Mi corazón ya es conserva de otoños al vinagre
Y mi puta: la soledad, complacida se avecina.
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